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El Castillo de Sagunto. Reflexión Salmos 46

A. CASTILLO DE SAGUNTO

Tengo el privilegio de vivir cerca de uno de los monumentos más importantes de España, el Castillo de Sagunto. Para el que no lo ha visto nunca, se encuentra situado en una pequeña colina, y es una gran fortaleza bien conservada en la ciudad de Sagunto.

A esta fortaleza se le llama castillo romano, siendo la civilización que más tiempo ha estado en esta ciudad, su construcción data del S V AC, siendo más conocida porque alrededor del año 218 a.C el famoso general cartaginés Aníbal la asedió durante meses con su ejército.

Por este Castillo de Sagunto han pasado culturas como los iberos, romanos, godos y árabes, siendo utilizada por los franceses durante la guerra de la Independencia. Cabe decir que fue conocida como la Batalla de Sagunto, el 25 de octubre de 1811, en la que enfrento las tropas españolas y las francesas con triunfo para estás ultima.

Esta victoria fue decisiva para luego la toma por parte de los franceses de la capital (Valencia). En este duelo se enfrento Suchet (francés) contra  al general Blake, un malagueño, jefe del Estado Mayor. Los franceses dejaron grabada esta victoria en el Arco del Triunfo en Paris

 

En el año 1050 AC un salmista escribió el Salmo 46,  un salmo que apunta en donde está realmente su confianza. Este personaje vivía en Jerusalem, rodeada de muros y fortalezas, y aun así no se sentía muy seguro.

Este Salmo tiene como título «Dios es nuestro amparo y fortaleza», conocido por ser inspiración del reformador Martín Lutero para el himno «Castillo fuerte es nuestro Dios».

De este Salmo podemos sacar tres cosas importantes para nuestra vida.

Nuestra vida no depende de todas aquellas cosas en las cuales podamos estar seguros, como nuestro trabajo, nuestra cuenta bancaria, nuestra multitud de amigos o familia, o cosas materiales.

B. LA VERDADERA FORTALEZA, DIOS

En este salmo podemos aprender quien es realmente nuestra fortaleza  y nos habla de tres características de Él:

1.- La suficiencia de Dios (v1-V3)

Lo primero que podemos ver es una afirmación de confianza en Dios, la primera palabra del Salmo es Dios, Él es el centro: ¿Quién es nuestro amparo? ¿Quién es nuestra fortaleza? ¿Quién es nuestro auxilio? Solo tiene una respuesta: Dios

«Dios es nuestro pronto auxilio en tribulaciones», este salmo nos habla de dos elementos «tierra y montañas», son consideradas como símbolos de estabilidad pero cuando lo estable se vuelve inestable ¿Qué hacemos?

Cuando menos lo esperas ocurre una catástrofe, en un minuto te puede cambiar la vida.

Nos dice que Él actua pronto, ¿pero que entendemos por pronto? Dios siempre actuará en su tiempo, para Él siempre es pronto y ya! Nos dice «he aquí vengo pronto» y ya han pasado 2000 años

Solo hay alguien que es «estable y es suficiente» ante la inestabilidad de la vida, Dios.

2.- La seguridad en Dios (v4-v7)

Nos describe la Paz que podemos sentir en Él aun cuando todo se venga abajo, por eso podemos decir: «No seremos removidos porque Dios está en medio de su pueblo» (v5) y podemos decir: «Dios de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob» (v7).

La verdadera bendición es Dios mismo, Él se da a nosotros para vivir en medio de su pueblo,

Su presencia es la mayor bendición, Él está con nosotros en nuestros problemas, necesidades y tribulaciones.

3.-La supremacía de Dios (v8-v11)

En estos versículos nos revela el propósito de Dios para nosotros: «Venid y ved»

Nos invita a relajarnos, ya que nosotros no tenemos el control de nada, nos invita a confiar en Él, «Venid y ved las obras de Dios» (v8)

Él es Soberano y Supremo, nos llama a que lo conozcamos: «Estad quietos y conoced que yo soy Dios» (v10).

Este versículo, V10, es especial porque está en primera persona dirigiéndose a su pueblo y nos dice lo que tenemos que hacer.

Él es la verdadera fortaleza en momento de inestabilidad en mi vida, se que mi vida está en sus manos.

«Dios es mi amparo y fortaleza«: